
Existen momentos en la vida en los que parece que nada merece la pena, en los que tu pasado ya no es ni eso, tu pasado simplemente ha desaparecido, al igual que las personas con quienes lo has compartido. Existen momentos en los que tu futuro está demasiado presente, en los que hay tantas ganas como miedo. Existen momentos que son cruciales y momentos que a simple vista no valen nada. Y es con el paso del tiempo, cuando te das cuenta de lo que valieron.
A veces, nos empeñamos en luchar contra imposibles, en querer que todo suceda como queremos, y no somos capaces de aceptar que nosotros no movemos los hilos de la vida, que hay cosas que no dependen de nuestros deseos. Los años te dan esa calma serena para poder afrontar lo que se te va presentando en el camino. No es resignación, es aceptación. Hay veces que luchar contra un imposible, además de resultar inútil, puede hacernos mucho más daño que el hecho en cuestión.
Nada dura para siempre. Los amigos vienen y van y los de verdad siempre quedaran... hay que elegir a los amigos con pinzas, ya que cuando uno menos se lo espera esos que dicen llamarse “amigos” terminan siendo tu peor enemigo... esto aburre... hay que decirlo.
Todo lo que quiero, es que las cosas salgan como yo quiero, quiero que todo vuelva a tener sentido, quiero ser amiga de mis enemigos, voy a demostrar que yo consigo todo lo que quiero, porque lo ago. a mi manera sin vender mi alma al diablo recisto porque puedo ganando la fe y perdiendo el miedo.
Palabras. Sólo palabras. A veces, crueles puñaladas, otras, dulces baladas. A veces, promesas inválidas, otras, engaños por la espalda. Palabras. Sencillamente palabras. Que te reponen el corazón o te destrozan el alma. Que te perforan, que te alientan, que te ayudan, o te rebelan. Palabras. Simplemente palabras. Que dominan y seducen la sociedad humana.
A veces no veo otra cosa que el odio y el rencor, se que eso no es bueno, a veces me dejo perder y solo veo el dolor, pero queda mucho para seguir adelante, queda mucho por saber por decir, mucho por luchar, mucho que alcanzar y mucho por ganar aun que mucho no quieran y quisiera irme de este maldito lugar, pero yo sigo firme en esta vida, no me dejare caer jamás y luchare contra el descontento en este cuento, no voy a dejar de entregar mi corazón, lo entregare cada vez que pueda y a quien yo quiera, superare los obstáculos que la vida me ponga en frente y así podre conseguir lo que yo quiero. Si tu no lo sabes siempre estaré para ti, para que me recuerdes siempre guarda mi corazón cerca del tuyo donde los brujos no puedan hacer sus embrujos.
Y es que sucede que a veces, al menos a veces, es necesario hacer ciertas cosas, llegar a ciertos lugares, para empezar a irse de ellos. A veces, es necesario besarte para despedirte. Decirte hola para pensar en adiós. A veces es necesario conocernos, para empezar a olvidarnos. Son las reglas del juego. Son las leyes de la vida. Son las injusticias que quizás nos pueblan y van dejando de conmovernos. Soy yo, que ya no sufro tanto las caídas. Eres tú, que quizás ni siquiera te caés tanto como me caigo yo.
0 comentarios:
Publicar un comentario